Desafortunadamente, la discriminación por cuestiones étnicas y raciales sigue siendo una realidad que vivimos día con día. México, no es la excepción. A pesar de ser un país increíblemente diverso, por sus antecedentes históricos y presencia de diversos pueblos indígenas, existe una fuerte discriminación institucional a estos grupos considerados como marginados.
Según las estadísticas de la INEGI, en el 2017 20.2% de la población de 18 años y más declaró haber sido discriminada en el último año. De la población indígena de 12 y más años, 24% declaró haber experimentado al menos una situación de discriminación en los últimos cinco años. De las población indígena de 12 y más años, 75.6% consideran que las personas indígenas son poco valoradas por la mayoría de la gente. Estos datos, demuestran que el racismo y la discriminación sigue siendo un fenómeno cercano, no es una cuestión del pasado.
La Comisión de Derechos Humanos, declaró que México debe empezar esta lucha contra la discriminación al garantizar a los pueblos y comunidades indígenas, en materia de acceso a la justicia y debido proceso, el acceso pleno a una defensa de oficio en su propia lengua y variante; que cuenten con servicios de interpretación culturalmente apropiados en los procedimientos judiciales y se realicen consultas efectivas, a fin de obtener su consentimiento libre, previo e informado sobre cualquier aspecto que sea relevante para el proceso.
También, hace falta destacar las que se refieren a la situación de la población mexicana con ascendencia africana, vulnerabilizada e invisibilizada dada su presencia numéricamente pequeña.
Entonces, si queremos velar por un mundo más igualitario, justo, tolerante y pacífico, es sumamente importante que reconozcamos que sigue existiendo discriminación racial en nuestro país y que aún falta tomar muchas acciones para eliminarla. En conmemoración a este día, les invitamos a reflexionar de qué manera podemos cambiar esta mentalidad individual para que poco a poco se vaya transformando el sistema.