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50 años de La Asociación Mexicana de la Lucha Contra el Cáncer


Foto de: Oncologia.mx


En el 2022 La Asociación Mexicana de la Lucha Contra el Cáncer cumplió 50 años de tomar acciones contra el cáncer en el país, especialmente en favor de los sectores más vulnerables. Araceli Carreto, coordinadora de proyectos y voluntariado de la asociación, nos cuenta un poco sobre la historia de esta organización, su labor, las principales problemáticas del cáncer en México y cómo podemos apoyarles en esta lucha:


¿Nos podrías contar cómo inició la asociación?


AC: La asociación nace justamente hace 50 años. Inicialmente, surge como un brazo de la entonces Secretaría de Salud, a iniciativa del banquero Enrique Horellana. Al principio, tenía un enfoque asistencialista, buscaba apoyar a los pacientes de cáncer que no tenían los recursos para solventar sus tratamientos. Yo he platicado con Maira Galindo, la actual directora de la asociación, y ella me cuenta que eran muy pocos los pacientes que se podían apoyar en esos momentos comparado con lo que hace ahora la asociación. Iniciaron con la colocación de alcancías para recaudar fondos y darles a los pacientes los medicamos que necesitaban.


Poco a poco, se fue diversificando el apoyo. Pasamos de un enfoque asistencial a uno en donde el paciente es corresponsable de su salud. En ese sentido, el modelo de la asociación cambia y actualmente está conformado por 4 pilares o líneas de acción: educación, detección temprana, apoyo a pacientes e incidencia en políticas públicas. De esta manera, el modelo de intervención de la asociación es muy completo. Partimos desde antes que haya un diagnóstico hasta incidir en políticas públicas para mejorar el panorama general del cáncer en México. No solo cuando son pacientes, sino también en la parte de factores de riesgo y detección temprana.


En la parte de educación, lo que hacemos es llevar toda esta información de cáncer a pacientes, cuidadores, población en general, médicos (enseñanza en sintomatología adecuada para diagnósticos tempranos), universidades, organizaciones de la sociedad civil, etc. Tenemos un programa muy bonito dentro de la parte de educación que se llama Escuela de Pacientes, que justo es esta parte de informar y educar al paciente en lo que se refiere a su enfermedad, sus derechos y obligaciones como pacientes para exigirlos y más.


En la parte de detección temprana, tenemos un proceso increíble con la comunidad, donde partimos de la información en comunidades para que la gente conozca e identifique los factores de riesgo de padecer cáncer, los síntomas que puede presentar, qué estudios se deben de realizar para poder identificarlos a tiempo, cuál es ese proceso en el caso de que tengan un diagnóstico confirmativo de cáncer. Todo esto lo hacemos en forma de pláticas con las comunidades como primera etapa. Después, está la capacitación de promotores comunitarios, los cuales son fundamentales para dejar la semilla en las comunidades porque, como asociación, no podemos solos. Necesitamos a alguien que replique esta labor, y una vez que tenemos a la gente informada y líderes en la comunidad, pasamos a la realización de estudios de detección a través de jornadas comunitarias de bajos recursos, a los que no tienen acceso normalmente por su ubicación geográfico o costo. Nosotros les llevamos aparatos de colposcopias, ultrasonidos, antígenos prostáticos, etc. Una vez detectados, tenemos la línea de buscar medicamentos a menor costo y responder a una necesidad específica y real del paciente. Tenemos también programas de apoyo psicológico, grupos de recreación y esparcimiento, damos prótesis o pelucas para los pacientes que lo necesitan, en fin, tenemos una diversidad de apoyos que responden a la necesidad real del paciente. Finalmente, tenemos la línea incidencia en políticas públicas, donde de la mano de organizaciones que forman parte de la Red Contra el Cáncer y Del Movimiento Juntos Contra el Cáncer, trabajamos todas estas iniciativas que nos lleven a tener presencia en la escena pública y nos lleven a mejorar el panorama de la atención del cáncer en México.


¿Cuáles son algunos de los principales problemas en el sector salud de México cuando se trata de diagnóstico y tratamiento del cáncer?


AC: Uno de los principales problemas, que estamos viviendo actualmente, es la transición del modelo de salud de México con el nuevo gobierno. Anteriormente, teníamos el Seguro Popular que daba cobertura a ciertos tipos de cáncer y, aunque no los cubría en su totalidad, si era un apoyo para varios pacientes. Con este cambio a lo que es actualmente el Insabi, toda esta cobertura y trabajo se modificó con la intención de universalizar los servicios y que haya una cobertura total, pero todavía no se logra este objetivo. Pasa ahora que hay desabasto de medicamentos, filas muy largas y otras deficiencias en la atención. Hablando en la parte de diagnóstico temprano, desde que van al hospital les dan una cita hasta tener un síntoma muy evidente o quizá en su clínica no hay aparatos necesarios o no alcanzan ficha. Todas estas cuestiones provocan que las personas dejen pasar el tiempo y esto lleva a una sintomatología avanzada. En la parte de atención a pacientes, las problemáticas principales son el desabasto de medicamentos, el alto costo, la falta de personal médico en hospitales, etc. De esto, se derivan otros problemas para el paciente de forma personal, como el abandono de la pareja, el deterioro económico de la familia, la falta de autoestima y mucho más.


Es muy importante el trabajo conjunto de organizaciones, porque uno solo no puede resolver todas estas problemáticas. El trabajo de la Red Contra el Cáncer une a asociaciones que brindan diferentes apoyos y se enfocan en diferentes tipos de cáncer. Así, hacemos un gran trabajo colaborativo.


¿De qué manera se acerca la asociación a las comunidades más vulnerables?


AC: Lo primero que hacemos es identificar las comunidades más vulnerables o incluso ellas mismas nos comunican. Después, hacemos un diagnóstico comunitario para determinar cuáles son las necesidades y, con base en eso, definimos si entramos y cómo entramos. Los líderes comunitarios son los que nos darán la puerta a la comunidad, ya que muchas de éstas ya se encuentran cansadas o tienen desconfianza porque creen que es una cuestión política o partidista. Quitar esa idea ha sido un trabajo muy arduo y, sobre todo, porque han visto la permanencia de la asociación en las comunidades.


Nosotros llevamos ya 8 años trabajando en un programa de intervención comunitaria llamado Promoción para la Salud: Herramienta para la Detección Temprana de Cáncer en las Comunidades Marginadas. Lo iniciamos en Ixtapaluca, en donde ya tenemos una casa de detección temprana donde cada mes llevamos a cabo jornadas de detección, sesiones informativas, capacitaciones a promotoras comunitarias, etc. En fin, ya que detectamos las necesidades a través de los líderes comunitarios, adaptamos el proceso de intervención. Es fundamental involucrar a la población para forjar esta sensación de pertenencia.


La asociación colabora con distintas empresas y voluntarios. ¿Cómo puede uno apoyar a la organización?


AC: Hay muchas maneras, yo siempre he dicho que quien quiera puede ayudar, solo debe tener la voluntad para hacerlo. Lo más fácil son los donativos económicos. La Asociación Mexicana Lucha Contra el Cáncer es donataria autorizada y en la página de la asociación hay un botoncito que dice “dona”, ahí mismo viene si eres individual o empresa.


Como empresa, también hacemos varias alianzas donde a través de proyectos específicos nos aliamos con ellas por medio de la venta de un producto con causa en donde lo que se junte se va a la asociación. También, hay empresas que donan anualmente para una causa de preferencia tras mostrarles los proyectos y opciones que maneja la asociación para determinar a dónde se va su recurso.


Hay también voluntariados, donde les buscamos un lugar según sus capacidades. Por ejemplo, recibimos psicólogos o médicos voluntarios que apoyan a los pacientes durante su proceso de sanación físico y mental. Pero, hay espacio para todos según la forma en la que quieran apoyar.


¿Cómo llegaste a la asociación y cuál es tu labor dentro de la misma?


AC: Yo trabajaba en otra organización, el Centro de Comunicación Cristiana de Bienes, en donde era encargada del área de promoción humana e integración social. En ese sentido, me correspondía ir a las reuniones de las redes, ahí conocí a Maira Galindo.


A mí siempre me gusto la causa de la asociación, yo tuve la situación de que en mi familia han fallecido personas por cáncer: mi papá, mi sobrina y mi tía, aunque no fue el único motivo por el que entré a la asociación. Yo me iba a ir a Querétaro a trabajar en la Secretaría de Salud, pero no resultó ser lo que esperaba. Entonces, Maira me invitó a trabajar de tiempo completo en la asociación.


Entré el cuatro de febrero del 2014, en el Día Mundial Contra el Cáncer, y ya voy a cumplir nueve años trabajando aquí. El cargo que tengo es de coordinadora de proyectos, voluntariado y la Red Contra el Cáncer. Yo debo realizar e implementar los proyectos de la organización.


¿Qué acciones llevó a cabo la asociación para la lucha contra el Cáncer de Mama durante en el último mes octubre, el mes rosa?


AC: En la asociación apoyamos pacientes con todo tipo de cáncer, pero específicamente en el de Cáncer de Mama tenemos el Programa Integral para la Atención del Cáncer de Mama, donde adaptamos lo que hacemos específicamente a este tipo de cáncer. Va desde dar información a comunidades de factores de riesgo y sintomatología, damos talleres de autoexploración, las jornadas de detección donde hacemos ultrasonidos de mama y mastografías, el seguimiento a pacientes diagnosticadas y el apoyo a pacientes mastectomizadas por medio de prótesis, mangas pelucas, sostenes y apoyos psicológicos. Es un proceso completo que no solamente es en octubre, sino todo el año.


Pero, a la par, tenemos una campaña llamada “Que se nos haga costumbre”, que justo busca concientizar por medio de información el hecho de autoexplorar y velar por el cáncer de mama no solo en este mes. Este 2022, la campaña fue reconocida por la Unión Internacional contra el Cáncer como una de las mejores prácticas y fue finalista al premio Caracol Internacional.

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